16 de diciembre de 2015

Mi amiga Olivia

Hoy quiero presentaros a mi amiga Olivia. !Otra chica afortunada! Es una perita de pura raza "mil leches". Siendo una bebita, hará ya unos seis años, la encontraron en Valladolid, al lado de un contenedor de basura, con sus hermanitos. Y ¿Cómo fue, que desde Valladolid, llegó a las Navas? Pues aquello de papá quiero un perrito pero tu lo cuidas.....Nooooo. Bueno si. La pareja que los encontró, no podía quedárselos. Por su trabajo pasaban temporadas fuera de casa, uno u otro, o ambos, y ya tenían un gato, mejor dicho un gatazo. Pero querían a Olivia, así que, tras "estudiar la operación y preparar el terreno", decidieron llevarla a casa de los padres de él. Y allí que se presentaron  un fin de semana, con la perrilla. Era tan chiquita...Y allí se quedó. La verdad es que no hizo falta mucho para convencer a sus padres, si bien es cierto que tampoco les dejaron opción. Refunfuñaron un poco, pero Olivia ya era parte de la familia incluso antes de llegar al pueblo. Cuando vienen algún fin de semana, se pone contentísima. Da unos saltos, como mínimo, de metro y medio, deseando salir a correr con ellos.

Esto fue lo que les contaron, pero, en realidad, fue más fácil para el hijo portarse como tal y decir "papá, mamá, cuidarme al perro" que hacerse el listillo y decir "papá, mamá, vosotros lo que necesitas es un perro", porque así era, y de hecho son muy felices con "la Oli". Siempre habían tenido perro, pero entonces sólo tenían unos cuantos gatos y buenos recuerdos. Con ella la familia estaba un poco más completa. Y luego vino el loro.... y el loro, que ya sabía hablar, aprendió a ladrar....y cuando el loro ladraba, la perra flipaba, los gastos se asuntaban......en fin, conversaciones de sobremesa. Lo normal en una familia.

Puedo entender que haya personas que no quieran esterilizar a sus perras, e incluso no tomar medidas para que no se queden preñadas. Pero lo que no puedo entender es cómo no se hacen cargo de los cachorros que traen al mundo. Al igual que su perra, esos cachorros son su responsabilidad. Me producen repugnancia las personas que maltratan animales, pero más todavía las que abandonan cachorros sanos y vivos sin posibilidad de alimentarse sabiendo que van a morir , y más los que los tiran a la basura maltratados y medio vivos, pero no menos esas personas blanditas que van de buenecitas y les abandonan para que otros les encuentren. !Póbrecito... si es muy guapo...alguien le querrá! Y se quedan tan tranquilos... Cuanta irresponsabilidad. 

Mi amita me dijo que desde julio de este año todas estas conductas son, no solo reprochables moralmente sino delictivas. Abandonar un animal, en circunstancias que peligre su vida es un delito y cuando hablamos de cachorros que no pueden alimentarse por si solos, siempre que se les abandona se pone en peligro su vida, por lo que siempre será un delito. Dice que si vuelve a encontrarse con otro como yo, avisará de inmediato a la Guardia Civil (Policía Nacional si estuviera en la ciudad) y seguirá sus instrucciones, con la finalidad de no perjudicar la investigación de los hechos y su autoría, y poner a salvo al animalito a la mayor brevedad. La policía local no tiene competencias para la investigación de delitos, por lo que si se hacen cargo estos agentes del animal, no habrá investigación del delito. En caso de que, por la circunstancia que sea, interviniera la policía local, pondría acto seguido la denuncia ante la Guardia Civil o Policía Nacional.

GUAU, ya es la hora de comer...

1 de diciembre de 2015

Y la vida continúa

En el mes de septiembre todo se vuelve más tranquilo. Las personas que vienen al pueblo de veraneo, se van marchando y los espacios se vuelven más grandes y silenciosos. Seguimos dando paseos, con la correa que me regaló Alberto.
En la foto aparece el estado de la correa. Después de romperse de un tirón, (no estaba cosida, sino solo pegada) mi amita la reforzó con alambre, y ya tuvo paciencia para atravesarla, pero, aún así, no duró ni un mes. Se despellejó entera, y eso ya no tiene arreglo. Vio una igual en el chino por 4,50 € pero resulta muy cara para la esperanza de vida que tiene.
A primero de septiembre fuimos de visita a la "vete" para vacunarme. Me encanta. Y ya estoy vacunado para todo el año. Pesaba 55 Kilos, que no está nada mal. Yo creo que terminé de crecer, pues ya no soy tan pequeño (tengo un año y medio). Me he hecho mayor y ya no me como las bolas de pelo cuando me cepillan, aunque si las piñas, los palos, y la toalla, la manta o la sábana de mi cama. Me gusta mucho el ruidito de la tela al romperse (rrraaaaasssss). Otra cosa también ha cambiado. Ahora, algunas veces levanto levemente la pata para hacer pis, pero la mayoría me agacho. !Y comer!, sigo comiendo medio kilo de pienso diario y en apenas un minutillo. Siempre tengo hambre y me da igual carne, que pescado, que aceitunas. Cuando hay pollo asado, se me caen las babas por los dos lados de la boca y me relamo con todo lo grande que es mi lengua, aunque luego no es para mí.
No se si os conté que según fui creciendo me caí varias veces por la escalera de casa, en realidad bajaba rondando. Una de las veces iba corriendo y me golpee fuerte con la barandilla en el giro, y me hice daño, le cogí miedo, y ya no he vuelto a subir las escaleras. Me gustaría seguir durmiendo en la puerta de mi amita.... pero mi miedo es más fuerte que mis deseos. Bueno, mi miedo y mi tamaño, porque con casi un metro desde la cabeza hasta el culete no giro bien en la escalera.
¿Veis cuanto he crecido? En esta foto estoy con mi amiga Sagrario y !NO! No es que yo sea muy grande, que además estoy un poco flaco, es que ella es muy chiquita !Guau! Cuando voy a su casa siempre me pone agua y me da alguna chuche, y luego se viene a dar un paseo con nosotros. El último día que la vi, además, me dio una bolsa con recortes de carne, que mi amita limpió, cortó y cocinó, y este gordito, todo todito se lo comió. Me abstendré de explicaros hasta donde me llegaban las babas mientras lo preparaba. !Sabía que era para mí!. GUAU os tengo que dejar que me llaman a comer...

24 de noviembre de 2015

El lunes 24 tuvimos la tercera sesión de adiestramiento y el jueves la cuarta y última de momento.No soy un perro fácil, ni por tamaño, ni por carácter. Al llegar a casa, me encaramé a la puerta del vecino enfrentándome a sus dos perros. Ladraba y ladraba y mi amita no se hacía conmigo tirando de la correa. ¡Así no¡ Gritó Alberto, ¡Mira¡ y pegó un tirón de la correa que se rompió. Cuando noté que se soltó me di la vuelta para ver que había pasado. La cara de él era un poema mirando la correa, y la de ella otro, de guasa contenida, más, al oír la reprimenda que se llevó. Luego entramos al jardín y surgió el otro problema. Cuando están los perros del vecino me niego a entrar en casa. "Tienes que insistir, que no consiga su propósito! Tira poco a poco y no cedas." Le decía él. Imposible, no conseguía que subiera la escalera. Lo intentó Alberto. Tiraba con más fuerza , pero no fue posible moverme más que al primer peldaño.
Al  irse Alberto, que se le hacía tarde  y tenía obligaciones, no hubo más tirones. Mi amita sabe que por la fuerza no me ganará nunca, así que no me echa pulsos, y al final siempre gana. Me llevó con la correa por el jardín hacia la parte de atrás, tranquilizándonos un poco, y cuando fui a beber, no me dejó y volvió hacia la puerta, subiendo esta vez los escalones del tirón y entrando en casa.
A todo esto yo seguía tirándome hacia los coches o las personas aleatoriamente. Con Alberto íbamos por el pueblo rodeados de gente sin problemas. Andaba entre los dos con las orejas gachas. En ningún momento intenté atacar a nadie, pero cuando ya nos alejábamos del centro hacia casa, me encaré con una chica, Alberto corrigió con un tirón, cuando la pobre tenía mi cara delante de la suya .
Recuerdo que nos pasó una cosa curiosa. En el parque donde paseo nos cruzamos con una señora y yo la miré de tapadillo y emití un gruñido y en ese instante, justo cuando me iba a lanzar, Alberto tiró de la correa y me quedé sentado y cortado ¿porqué no me ha dejado?. El caso es que la señora le increpó ¡Pobre perro, menudo tirón le ha dado¡ En fin, si me dejan, me tiro encima de ella y si me hubiera dolido le hubiera dado un mordisco a mi amigo adiestrador.
El último día mi amita y Alberto tuvieron una conversación

17 de noviembre de 2015

Un verano calentito

Os presento a Roma, una monada de perrita, pero por más que la persigo, no quiere jugar conmigo. Es del hermano de mi amita  y tiene ya ocho años por lo menos. Fue un regalo de boda, pero un regalo consciente, pues querían tener un perrito. En agosto estuvieron unos días con nosotros y fue muy divertido.
Abajo estamos también con Obelix. Ambos la perseguimos pero ella no nos hace ni caso. A mí me tolera pero a Obelix ni eso. Será porque no está castrado y le huele las intenciones.
 En fin, tras quedarse mi amita compuesta y sin adiestradora, su hermana le recordó que el socorrista de la piscina de la Urbanización se dedica también al adiestramiento canino. Así que le llamó y concertaron una visita.
Como era de esperar, el día D según nos acercábamos a Alberto empecé a ladrar y ponerme de patas. Nos fuimos paseando, manteniéndose Alberto a una distancia prudencial, y no le quitaba ojo. Al poco rato, viendo que venía hablando con mi amita y no pasaba nada, empecé a mirarle con curiosidad. Me enganchó con una correa larga y caminó junto a mí, ahora para un lado, ahora para el otro, y mi amita mantenía su correa por el otro lado, por seguridad, por si en algún momento quisiera lanzarme hacia él y morderle (valiente tontería, a los amigos les recibo con las orejas gachas y moviendo el rabito, y Alberto ya era un amigo). Yo miraba a mi amita porque no entendía nada, pero Alberto daba un tironcín y le seguía. Así de sencillo. No necesitamos un bozal para nada. Ahí está sin estrenar.
Ahí estaba yo tumbado en el suelo mientras hablaban, tan tranquilo. Eso sí, una señora se acercó demasiado y salté como un resorte ladrando. Y también a un señor que pasaba. Su diagnóstico fue similar al anterior, inseguridad y agresividad por miedo. Y también coincidía el número de sesiones cuatro, eso si, el precio era la mitad.Vale, soy un pelín miedoso ¿y qué? No iba a ser perfecto. Yo no hice fotos y mi amita tampoco, pero podéis ver las que hizo Alberto en el facebook de COBICAN (Avila), que así se llama la empresa.
El 14 de agosto tuvimos la primera sesión. Lamento el tiempo perdido desde junio que mi amita contactó con Educan, hasta este momento. Por cierto que después de contaros mi experiencia con ellos mi amita pensó llamar a la adiestradora, pero cómo había cambiado de móvil, había perdido el contacto. Les envió un e-mail. Si le cuentan lo que pasó y me lo dice, os lo contaré.
Alberto apareció con una correa nueva para mí y no me gustó nada de nada. De las que llaman de ahorque, un lazo que se cierra sobre el cuello si tiro. Al principio me resistí un poco, me revolqué, me enredé... pero en el fondo soy un buenazo y enseguida me dejé llevar. Luego me paseó Alberto explicando a mi amita que la técnica de paseo adecuada consiste en que si yo comprendo que manda ella y tiene el control, me sentiré más seguro y no me tiraré a las personas ni a los coches ni a nada. Yo iba encantado del paseo con mi cara

10 de septiembre de 2015

La primavera la sangre altera

Vaya que si altera. Al final del invierno había ya crecido todo lo que iba a crecer (menos mal) y tenía un pelaje bárbaro que me hacía un pecho imponente (que también).
La primavera vino calentita, y con el buen tiempo se incrementa la población los fines de semana. Con ello, mi mala costumbre de ladrar y tirarme a los coches, motos, bicis o personas, se convirtió en un problema. No lo hacía con todo el mundo, sino que, aleatoriamente a unos me lanzaba y a otros no. Ya había roto la argolla de un collar, pero era viejo, y a primero de junio rompí la argolla del collar nuevo.
Mi amita pensó que debía hacer algo, pues no quería que en una de esas le hiciera daño a alguien, y no podía sacarme a pasear preocupada por si volvía a romperlo. Preguntó a la vete, y le dio el número de teléfono de alguien del pueblo, que quizá me podría ayudar. Pero no podía. Estaba trabajando fuera del pueblo y cuando llegaba era muy tarde, y además estaba ayudando a otros dos perros. No obstante me preguntó que de qué perro se trataba y cual era el problema, y al decirle que era un mastín dijo: "eso son palabras mayores". No se qué quiso decir, pero asusta.
Mi amita buscó en internet, y no encontró nada en Avila. Sí una página web de Brunete, "EDUCAN", que inspiraba confianza y seriedad. A finales de junio envió un correo electrónico explicando el problema y al poco tiempo le llamaron. La cita para evaluarme fue regular, estaba demasiado cerca de casa y era una extraña. Quería que se fuera y no paraba de ladrar, casi me la como. Dijo "No dejes que se acerque me me muerde. Métele en casa y ponle este arnés". Era un arnés "antitiro" que llevaba ella en el coche, y una vez puesto dimos un pequeño paseo, resultando que  iba a su lado, olfalteando sus salchichas, tan tranquilo. Mi amita le compró el arnés y una correa antideslizante, de tres metros, pues la que llevaba era muy corta y esta correa permite mayor espacio entre perro y amo y mejor control (según la experta), en total 35 €. El diagnóstico fue que soy un perro inseguro con agresividad por miedo. Pero la que se cagó de miedo fue mi amita, nunca habría pensado que yo era agresivo y mucho menos que pudiera morder a nadie, y más al ver el presupuesto, pero tenía que confiar en la experta. Así que se puso en contacto con mi padrino para que nos ayudara a costear el tratamiento.
La cosa quedó en que

30 de junio de 2015

Mi amigo Bicho

Os presento a mi amigo Bicho. Es tipo bodeguero, con mezcla de vete tú a saber que, tiene tres años y pesa unos 10 kilos. Fue un regalo. Los dueños de su mamá regalaron la camada, con un mesecillo. Cuando le conocí, yo era muy chiquito y dormía mucho tiempo. (Por cierto que el de la foto no es un cerdito, soy yo) El me olisqueaba y en cuanto me despertaba y daba dos pasos, me saltaba por encima y me zarandeaba. Era y es, muy juguetón, ágil, rápido, despierto. Ahora ya no me puede zarandear, y cuando jugamos soy yo el que paso por encima de él, o le empujo, y a veces se me cuela entre las patas, y como es muy rápido, le pierdo. Es mucho más rápido que yo y no puedo alcanzarle cuando le persigo. A la segunda carrera me canso y me tumbo, y el me ladra para que siga corriendo, pero no lo hago, así que seguimos jugando a la misma altura. Un día que había cogido una zapatilla, yo le perseguí, pero se metió debajo de una mesa. Metí la cabeza y no se como, le enganché las dos patas traseras y escuche !Guyyy!. Mi amita salió y dijo !que ha pasado! Ahora mirábamos los dos con cara de !yo no he hecho nada!.  Un poco después le lamía la pata, le había marcado con los dientes. Mi amita me dice: "!Ya te vale Chico! !Podías haber sido un perro de tamaño pequeño, como Bicho, manejable! !Ya podías haber tenido ese detalle! Pero no, tú tenías que ser el perro más grande". A mí, aunque no lo entiendo, me suena muy bien, pongo cara de emoticono pasmao, como siempre, y se me cae la baba.
Mi amigo es muy querido, pero también una víctima de la crisis. Su amito está en el paro, que es algo así como estar hibernando, y no tiene la suerte de tener padrinos como yo. !Menos mal que come poquito, y eso también es una ventaja! Lo malo es que a veces le falta atención veterinaria. Debería haber alguna forma de subvencionar gastos veterinarios a personas sin capacidad económica ¿sabéis lo angustioso que es que el perro tenga diarrea y vomite, y lo único que puedas hacer es esperar a que se le pase?

18 de junio de 2015

Las primeras nieves

!Mira Chico, ha nevado! Asomé la nariz por la puerta y todo estaba muy raro. No se oía nada, todo estaba blanco, y apenas olía nada. Avancé un poco y pegué la nariz al escalón ¿donde está? Removí lo blanco, que era frío y blando (y rico) y allí estaba. Debajo de la nieve seguía estando el escalón. Comprobado que la escalera seguía en su sitio y aquello blanco no me podía hacer daño, bajé a la carrera todos los peldaños, resbalando en el último !guauuuu! En el jardín la nieve lo cubría todo, estaba muy fresquita y se deshacía en la boca. Metí el hocico entre los ligeros copos de nieve,  y comprobé que la tierra del jardín seguía debajo. Menos mal! Me senté a contemplar el panorama, y también me gustó.
A las tres de la tarde había salido el sol, pero la nieve seguía por todas partes. Escuché ruido en la terraza y fui hacia allí. Era mi amita con la escoba (que fijación tiene con ese aparato). Estaba quitando la nieve de la terraza ¿porqué, si me gusta? Dice que la humedad se filtra al garaje. - !Pero a mí me gusta, no la quites!, -Quita Chico, no te pongas en medio! Vámos! Así que tuve que tomar una drástica decisión. Me tumbé encima de la nieve y no me levanté hasta que no dejó la escoba.
 Pero no funcionó del todo, porque en cuanto me despisté, volvió con la escoba y quitó toda la nieve.
A las seis de la tarde salimos a dar un paseo. Yo salí de casa con muchas ganas, como siempre, y cuando no habíamos dado ni veinte pasos, mi amita cayó al suelo, de culo y dijo !Mierda de botas! Cuando se incorporó seguimos hasta la calle. Buscando donde pisar que no hubiera hielo, parecía imposible. La calle estaba absolutamente intransitable para ella; para mi no tanto por las uñas de mis patas. Llegamos a la cera de enfrente, y entonces patiné yo también y casi la hago caer de nuevo. Mi amita decidió volver a casa, tarea que no se presentaba fácil. En ese instante apareció un coche por la calle. A veces, si un coche pasa muy cerca le ladro e incuso me tiro hacia él, otras no lo hago. Ante la duda y lo estrecho de la acera, que apenas cabemos los dos, mi amita se agarró a la valla de la casa que estaba a nuestra altura, y gracias a eso no terminó de nuevo en el suelo. Fue el paseo más corto de mi vida. Volvimos a casa, muy despacio

11 de junio de 2015

Un perro legal

En noviembre cumplí seis meses, y como os decía, pesaba ya 38 kilos. Esta foto es del mismo día que la que aparece con el título "problemas de crecimiento". Sentando de frente parezco más pequeño ¿verdad? pero de perfil, soy grandón.
Tenían que ponerme la vacuna de la rabia, pero al estar tomando la medicación esperamos un poco, hasta diciembre (olvidé deciros que el tratamiento del calcio y el arthroquin costó 53,50 €). El mismo día que mi pusieron la vacuna de la rabia, me colocaron el microchip. Lo se, lo se.. Os dije que me lo habían puesto antes pero me equivoqué.. producto del entusiasmo. Con las primeras vacunas me hicieron la cartilla, pero el microchip me lo colocaron el mismo día que la vacuna de la rabia. Ya tenía todos los requisitos necesarios para ser un perro legal, y todo tiene un precio. En mi caso las vacunas costaron un total de 83 Euros, la cartilla (pasaporte) 5 euros y el microchip 25 euros; en total 113 Euros. ¿Es mucho dinero? Según por donde se mire. En 6 meses son algo más de 18 euros al mes. Para algunos un gasto sin importancia, para el que no llega a final de mes puede ser un dineral, para el que no tiene ni para empezar el mes, un imposible, pero en cualquier caso son gastos necesarios que repercuten en mi salud. No se muy bien en que consisten las enfermedades para las que me vacunan, pero seguro que es por mi bien y probablemente por el de los que están conmigo. ¿sabéis cuantos perros no están vacunados y no tienen microchip porque "cuesta un dinero que no tengo" y "es sólo para sacarnos la pasta, un perro en casa no puede contagiarse de de nada" y "¿porqué una comunidad autónoma te obliga a vacunar de la rabia cada año y otra cada dos? porque no existe la rabia"? Más de los que os imagináis. Si hay padres inconscientes que no vacunan a sus hijos, con mucho amor, ¿qué podemos esperar?
Y aún faltaba otro gasto, no obligatorio, pero que mi amita consideraba necesario: la castración. Si con las vacunas hay opiniones para todos los gustos, imaginaros con

3 de junio de 2015

Problemas de cremimiento

El otoño resultó ser más tranquilo y rutinario. Pasaba el día en casa, dentro o en el jardín, y por la tarde, nos íbamos de paseo por el parque, cuando no llovía. Estaba muy tranquilo y casi siempre tumbado. Me costaba mucho levantarme pero siempre dispuesto a salir de paseo o al jardín, y raudo para comer. Comía tres veces al día y en total medio kilo de pienso.
Me gustaba tumbarme mirando a la puerta de casa y pegado a ella patas arriba, y luego me daba la vuelta  igual de pegado a la puerta pero de espaldas a ella. También me gusta dormir así. A finales de octubre me dolía la cadera, incluso chillaba al darme la vuelta durante la noche. Ni que decir tiene que fuimos a ver a la vete, que me recetó calcio, para fortalecer los huesos. Estaba creciendo muy rápido. -El efecto no es inmediato, me dijo, espera unos días y sino mejora ven.
A los diez días no había mejorado, seguía chillando por la noche y había empezado a cojear. A la vuelta de los paseos, aunque no fueran muy largos, cojeaba de la pata delantera derecha, y a veces también cuando llevaba tiempo tumbado y me intentaba levantar. No sólo no había mejorado sino que estaba peor. De vuelta a la vete, me examinó y se dio cuenta que sentía dolor a la palpación de la cadera. Era el día 15 de noviembre y pesaba 38,5 kilos. Me pinchó un antiinflamatorio y me dio unas pastillas que ayudan a regenerar los cartílagos. Habló un buen rato con mi amita: -"Es normal que los perros de crecimiento rápido tengan molestias. No te quise decir nada la vez anterior, pero puede ser síntoma de Displasia de cadera,  más grave" Lo que yo entendí es que es un problema que no tiene solución, y antes o después lo único que se puede hacer es paliar el dolor. "Se puede diagnosticar haciendo una radiografía, pero de momento quiero ver si el tratamiento le va bien. También es cierto que Chico tiene, a simple vista, una irregular posición de las patas traseras en V con los pies muy juntos" Si hablaron de algo que me asustó

27 de mayo de 2015

El final del verano

Como os decía, el verano fue muy divertido y aprendí muchas cosas, como por ejemplo, no coger los juguetes de los niños, que los dejaban por cualquier lado. Al final llegamos a un acuerdo, sólo podía coger lo que dejaban en el suelo, pero no lo de las sillas, los bancos, la cocinita de juguete, o dentro de las cajas. A cambio los niños se comprometieron a no dejar los juguetes por el suelo, -"porque sino Chico se los come", decía la peque. Los cubos y las palas eran mis juguetes favoritos y siempre andaban por el suelo, pero mi amita me los quitaba y ponía en alto, con lo que se me acababa el juego.
Un día se cayó al suelo un trozo de tela de una labor que andaban haciendo y, como todo lo del suelo es mío, lo cogí y estuve un buen rato rumiando. Luego mi amita me lo quitó, y lo dejó encima del banco. !guau, dije, es mío! y lo volví a pillar. !No! me dijo y me lo quitó y lo metió en el cubo de la Warner diciendo !Ale, vamos a comer! Delicioso momento del día en el que no conozco. Después de comer y mientras limpiaban la cocina me dejaban atado con la correa en una cuerda entre dos árboles, lo que no me gustaba nada, pero me decían que era para que no hiciera daño a los niños con mis patazas, porque cuando corrían, yo salía detrás de ellos muy divertido !guau, guau! y terminaba empujándoles y les asustaba. Era un pequeñín muy grande. Esa tarde, en cuanto me soltó mi amita de la cuerda y, sin tiempo a quitarme la correa, me fuí a por mi trozo de tela y, muy sigilosamente (eso creía yo), enganché el cubo. Quisieron quitármelo y salí corriendo. Yo sólo quería mi tela, que estaba dentro del cubo, y no se cómo lo hice que al cogerla se me quedó el cubo enganchado de aquella manera.Se rieron un buen rato, y cuando me di cuenta

20 de mayo de 2015

Mi amigo Obelix

Hoy quiero presentaros a un amigo mío. Se llama Obelix, tiene siete años y es muy paciente conmigo. El collar que llevo en esta foto era suyo de cuanto era pequeño, también me dio algunos de sus juguetes y uno de sus comederos. Mi amita dice que haber si aprendo algo,  pues en él confía al cien por cien para llevarlo de paseo sin correa. No ladra a la gente, viene cuando le llamas, se sienta cuando le dices "coche" y espera a que pase, no ladra a las motos ni a las bicis....
Bueno eso me lo dijo un día que al bajarme del coche me zafé de la correa y pasaba una chica corriendo y me fui directamente a ella, guau, guau y la chica se paró y gritaba !Cógele! y mi amita no daba crédito. Sólo tenía dos meses y poco y unos minidientecillos, pero mi ladrido ya era intenso y pesaba alrededor de 15 kilos, y además me puse muy farruco. En fin, que mi amita pasó un mal rato, y cuando venía a ponerme la correa yo me zafaba y me iba para otro lado, siempre a unos dos o más metros de la chica, y seguía, guau, guau, y mi amita no atinaba a engarcharme, "perdona" le decía a la chica, que estaba muy quieta y enfadada, !Pero cógele!.Obviamente le asusté, pero desde aquí le pido perdón, no era mi intención, es más, era yo el que tenía miedo de ella ¿porqué corría?.

Me lleve un buena reprimenda, !Eso no se hace!, "Sabes Chico, hay personas que tienen miedo de los perros, y yo lo se muy bien porque a mí me han dado miedo toda mi vida, me cruzaba de acera si veía un perro, era capaz de no entrar en un comercio porque habían dejado en la puerta a un perro, no me sentaba en una terraza si había un perro en la mesa de al lado, no iba al parque del barrio porque los perros paseaban sueltos, si oía un ladrido cercano el corazón me latía a mil y por

14 de mayo de 2015

Mi primer cumpleaños

CHICO HA CUMPLIDO UN AÑO
Hoy quiero interrumpir mi historia para celebrar con vosotros mi primer cumpleaños. Realmente no se que día nací, pero si a juicio de la veterinaria tenia unos 15 o 20 días cuando me encontraron, tuve que nacer entre el 10 y el 15 de mayo de 2014. Como en mi ficha había que poner una fecha de nacimiento, mi amita pensó que el 14, día de luna llena, era un buen día para nacer. Tampoco es muy importante.
Estoy guapo ¿verdad? Bueno de pelaje ando un poco así así, porque estoy espelechando. Es mi primer cambio de pelo, que consiste, básicamente en que pierdo el pelo grueso del invierno, que voy dejando por todas partes y pongo la casa perdida (más que de costumbre) . Mi amita me cepilla un rato todos los días y luego me dice "a la calle que voy a barrer" y no me deja disfrutar de la escoba, con lo que me gusta, ni tampoco tragarme las bolas de pelo. Pero alguno pillo al descuido, jeje.
No entiendo porque tiene que quitar todos los días los pelos, tierra, palos, trozos de piña, de pan, piedras..Todo lo que me gusta en el suelo lo barre.Yo creo que lo hace para que resbale y no pueda correr dentro de casa. !Menos mal que no le ha dado por barrer el jardín!, está lleno de tierra y agarro mejor.
He crecido un poquito, ahora debo pesar unos 55 kilos. No lo se con exactitud porque la báscula de la veterinaria no es de mi talla y además me resisto, porque no me gusta nada de nada. En fin ¿recordáis que me dijeron que iba a ser un perro mediano, tipo border collie de unos 20 Kilos?. !Ay que me da la risa! Pues he resultado ser

8 de mayo de 2015

Me llamo Chico y no soy un bebé

En el mes de julio ya había cumplido dos meses, me estaba haciendo mayor. La verdad, es que comía pienso para cachorro desde hace mucho tiempo, pero descubrí que mis dientes servían para mucho más.
Había muchas cosas que podía coger. Palos, que si los mordisqueas se hacen palillos y ya no sirven, y me los trago; piñas, que saben ricas, las mordisqueo, desmenuzo a pizquitas y me las trago; piedras, que si insisto con ellas haces se hacen granitos que me trago; toallas y trapos de cocina, que me encantan y, si tiro y tiro de los hilitos, se hacen bolitas, que luego me trago. Pero la mayor utilidad que encontré a mis colmillitos fue comunicarme con mi amita. Cuando quería un ratito de charla o juego, le mordía las zapatillas, el pantalón, la camiseta, la espalda, lo que fuera y ella decía : -Ahh! Chico, estate quieto! No me muerdas! y me sonreía. Le dejé toda la ropa marcada con dos agujeros. No es por presumir pero hice un buen trabajo.
Pasé todo el verano con mis primitos y aprendí bien mi nombre, me llamaban todo el rato: Chico, Chico.. y cuando iba hacia ellos diciendo, guau, guau, salían corriendo, y la peque se subía encima de su mamá, Ahh! Chico me ha mojado aquí con la nariz! La verdad es que era una bola peluda de 10 kilos descubriendo el mundo y encantado de la vida. Ni me acordaba ya de esos primeros días.
Fue en agosto cuando empezó a picarme el lomo, y venga a rascarme. Descubrí que los dientes también me valían para aliviar el picor, unos  mordisquitos y me arranco unos pelitos, que luego me trago. Pero eso no era divertido, y al final tuve una herida. Cuando mi "vete" lo vió me dijo: "Esto es una reacción alérgica a la pulga" . Guau, conteste yo. Aggg, dijo mi amita. Durante un rato me estuvieron dando un masaje que me daba mucho gustito. Si no fuese porque la mesa metálica donde me subieron,  no me gusta, me habría quedado dormido. En fin, buscando y rebuscando de nuevo, Aggg una pulga. Me quitaron

28 de abril de 2015

Mi primer mes


En todas mis fotografías estoy, sentado o tumbado. Ja, ja ja... Si, me pesaba el culete, y he de reconocer que soy un pago vago. En fin, como me movía poco, lo escuchaba todo. Había llamado alguien preguntando por mí, y bueno, estarían interesados en adoptarme, si bien mi tamaño futuro les preocupaba. Mi amita no podía asegurar ni mi raza, ni nada sobre mí, más que parecía sano, pero se puso contenta. Al poco lloraba, no se porqué. 
Unos días después, sin que hubieran vuelto a llamar, me dijo: pazguato, tu no te vas a ninguna parte. Como yo puse cara de emoticono pasmado, me explicó: Te quedas conmigo para siempre y que sea lo que Dios quiera. Además tienes una madrina y un padrino ¿qué más se puede pedir? Y yo seguí con mi cara de emoticono pasmado. Había decidido quedarse conmigo. Todas las complicaciones

22 de abril de 2015

Primeras Semanas

Mi amita seguía pensando qué podría hacer conmigo, y me preguntaba a mí:
 -¿Qué hago contigo chiquitín?. (Ya ves, como si yo fuera a decir algo). -No te quiero en casa, manchas mucho, sueltas pelo, no puedo salir más que unas horas, tengo que acordarme de darte de comer, agua.
-Vale, vale, empiezo a entender algunas cosas, ya hago pis y caca en los periódicos que me has puesto y me como todo lo que me pones, y sobre todo soy muy feliz contigo.
La abuela, a la que también conocí, y a quien yo prestaba mucha atención, le decía a mi amita cuando hablaban de mi:
-Hija tu verás
-Mamá, yo no quiero un perro, limita mucho, ensucia, hay que sacarle de paseo....Pero quizá, si él me buscó y nadie lo quiere, será que tiene que ser así. A lo mejor puedes quedártelo tú.
-JA, JA, JA. No se hija, tu verás. Lo único que puedo hacer, si te quedas con él, es ayudarte con los gastos.
-Mi amigo me dice lo mismo. El tiene un perro y no puede hacerse cargo de otro, pero me ayudaría con los gastos. ¿Y si vosotros algún día ya no podéis?
-No se hija, pues sigue buscando.
-No se mamá, creo que hice lo que debía rescatándole, pero me da mucho coraje tenerme que comer el marrón. Hay personas a las que se debería prohibir tener animales. Piensa, si tú tienes una perra sabes que se puede preñar y si no quieres que tenga cachorros, o la tienes controlada o puedes llevarla al veterinario para que la esterilice. Si además tienes un perro y la engancha,

18 de abril de 2015

Y pasaron los días

  Uno detrás de otro. Ya no me encogía del tanto, me gustaba tumbarme panza abajo, y notar el fresquito del suelo. Era ajeno a la preocupación de mi amita por encontrarme un hogar, la protectora estaba descartada, ni habían puesto en su página web la fotografía ni respondían los e-mail. También se preocupaba por denunciar mi salvaje abandono. ¿quién puede tirar un perro recién nacido a un recinto abandonado y cerrado, donde nadie entra, para que muera de hambre y frío? Mi madre no fue, seguro. Sólo un ser humano es capaz de tanta maldad. Si un ser humano es capaz de quitarle la vida a otro, qué no será capaz de hacer con un cachorro. Pero la verdad es que no se decidió a denunciar nada, por temor a lo que me pudiera pasar y en el convencimiento de que a nadie le importaría (hay problemas más importantes).




Y así pasaron los días. Mi amita me puso papel de periódico en el suelo para que hiciera pis y caca en un sólo sitio, pero yo aproveche la ocasión para aprender a leer. Le puse mucho empeño y cuando terminaba de leer una página, me la comía, y listo para hacer caca de nuevo. Esto se llama Reutilizar.
Sin saber que hacer conmigo un amigo de mi amita, que se interesó e intentó ayudarle a encontrar un hogar para mí, le dijo: "Oye, si el único problema para quedarte tú con el perro es el dinero, me comprometo a pagar los gastos del perro"

15 de abril de 2015

Primeros días

Y así dormía y comía, incluso para no perder tiempo me dormía encima del comedero. Mi amita no quería tenerme en sus brazos, ni mimarme, ni ponerme nombre, pues decía que no quería encariñarse conmigo, y estaba segura, de que después de haberme rescatado, alguien me querría. Sólo me llevaba en brazos para ir a la veterinaria. Me llamaba de todo, chirri, pazguato, gurrufato, nano, renacuajo, bolita...menos perro, cualquier cosa, pero me daba igual porque yo todavía no entendía nada, con oir su voz me bastaba.
Y mira, mira cómo comía. Que voracidad....y era solo leche..


No puedo entender cómo los amos de mis padres me tiraron como si fuera basura ¿Acaso lo soy?  Creo que no, sólo soy un perro pero basura no..

21 de marzo de 2015

Mis primeras horas

Unos días después en el barreño de la ropa
De cómo volvió a casa mi amita, no me contó. Me dice que esa es otra historia.
Así, envuelto en la toalla me llevó a la veterinaria, mi amiga, que me vio empapado y le dijo a mi amita que me secara bien y me diera leche (sin lactosa).Tenía unos 15 días, con los ojos a medio abrir y las orejas más pegadas que yo haya visto.
Parecía un border collie, me dijo la "vete", un perro de tamaño mediano. Mi amita no podía mantenerme, y de ninguna manera quería tener otro, dice que es mucha responsabilidad y que necesitamos mucha atención y cuidados. 

Mi nacimiento

Yo y la zapatilla de mi amita en mi primer día en casa
No tengo ningún recuerdo de mi nacimiento, como es natural, y sólo se de ello que nací, pues sino, no estaría, y lo que me contó mi amita. 
Me contó que había llegado un domingo de mayo de un largo viaje en coche, y tras dejar la maleta en casa, sin vaciar, salió al jardín. Se respiraba tranquilidad y ese inconfundible olor a tierra mojada. Había llovido. 
Escuchó como, desde la casa contigua, o eso creyó, chillaban unos cachorrillos. Que bonito pensó, han tenido una camada. No sabía si sus vecinos tenían perros pero si había una caseta en el jardín. Nunca los había visto, por el espeso cerramiento entre ambas casas y porque sólo estaban algunos días en verano y poco más.Solamente conocía al jardinero que cuidaba el jardín y el huerto.
Al día siguiente también me oyó, de forma intermitente, y al siguiente .....