21 de marzo de 2015

Mis primeras horas

Unos días después en el barreño de la ropa
De cómo volvió a casa mi amita, no me contó. Me dice que esa es otra historia.
Así, envuelto en la toalla me llevó a la veterinaria, mi amiga, que me vio empapado y le dijo a mi amita que me secara bien y me diera leche (sin lactosa).Tenía unos 15 días, con los ojos a medio abrir y las orejas más pegadas que yo haya visto.
Parecía un border collie, me dijo la "vete", un perro de tamaño mediano. Mi amita no podía mantenerme, y de ninguna manera quería tener otro, dice que es mucha responsabilidad y que necesitamos mucha atención y cuidados. 

Mi nacimiento

Yo y la zapatilla de mi amita en mi primer día en casa
No tengo ningún recuerdo de mi nacimiento, como es natural, y sólo se de ello que nací, pues sino, no estaría, y lo que me contó mi amita. 
Me contó que había llegado un domingo de mayo de un largo viaje en coche, y tras dejar la maleta en casa, sin vaciar, salió al jardín. Se respiraba tranquilidad y ese inconfundible olor a tierra mojada. Había llovido. 
Escuchó como, desde la casa contigua, o eso creyó, chillaban unos cachorrillos. Que bonito pensó, han tenido una camada. No sabía si sus vecinos tenían perros pero si había una caseta en el jardín. Nunca los había visto, por el espeso cerramiento entre ambas casas y porque sólo estaban algunos días en verano y poco más.Solamente conocía al jardinero que cuidaba el jardín y el huerto.
Al día siguiente también me oyó, de forma intermitente, y al siguiente .....